En la ciudad eterna de Roma, se encuentra una escultura pagana que corta la mano de la persona mentirosa que la inserta en su boca. Muchas personas [como nosotros] continúan con la vieja tradición de meter la mano. Mi esposa y yo en uno de los tantos viajes que hemos hecho a Roma, metimos la mano juntos para probar nuestra veracidad como lo muestra la fotografía y afortunadamente nuestras manos no fueron cortadas. Habíamos pasado la prueba que ambos como esposos hablamos y actuamos con la verdad.Esta tradición nos recuerda que la mentira ha estado presente en la vida humana rompiendo el tiempo y las fronteras. La Sagradas Escritura hace mención de ella en diferentes ocasiones desde principios de la creación con mentira tentó el demonio a Adán y Eva (Gen3, 4).Durante el desarrollo humano la mentira está presente en forma natural usada durante la niñez como mecanismo de defensa para evitar el castigo de sus padres o continuar jugando. ¿Quién rompió el vidrio? “yo no fui” ¿hiciste la tarea? “ya la hice” responden los niños a la pregunta de sus papás. Esta conducta es bien aprendida por ellos al haber comprobado que funciona bien, ignorando que sus padres son conscientes de su mentira “inocente o piadosa”. ¿Pero qué tan bueno o malo son estas mentiras inocentes o piadosas fundamentalmente durante el desarrollo humano?
Toda conducta o respuesta reforzada se aprende y se continúa usando a lo largo de la vida. Se miente a los padres, en la escuela, en el trabajo, negocios y sociedad en general. La formula para “salirse con las suyas” es usando la mentira larga y repetidamente en todo el quehacer del ser humano.
Durante la etapa de la niñez, la mentira de los padres es observada e imitada, corroborando que esta es usada por los niños y tambien por los padres. Para algunos durante los años de juego de la niñez, la mentira esta presente a fin de ganar y ser los campeones. Es tan fuerte el deseo de ganar, ser el número uno y el más popular entres los niños, que la mentira es usada en forma inconsciente. A estas alturas, se ha perdido el concepto moral y ético de la mentira.
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