Estamos aquí desde tiempos de la Conquista, fieles a nuestra hispanidad y fe católica. La historia es testigo de esta verdad innegable difícil de ignorar o minimizar silogísticamente. La presencia de cuarenta millones de hispanos de acuerdo al censo y su capacidad de doblarse cada 25 años esta diseminada a lo largo de la nación y futuro de la iglesia católica cuyos miembros devotos fieles ya nacieron, requieren de una formación integral hoy. El sistema educativo del país, está formando jóvenes hispanos para responder profesionalmente a las necesidades humanas. ¿Estará la iglesia católica respondiendo a esta realidad?
El ministerio hispano, para los que hemos sido bendecidos desde nuestro arribo a este país, albergándonos como miembros de la familia espiritual de Dios, es una bendición. Yo quien fui inmerecidamente acogido con amor, me ayudó a formarme humana y espiritualmente. Los Jesuitas me dieron la formación académica, maestría y doctorado, y los Franciscanos me enseñaron a vivir el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Esta es mi realidad y mi historia humana y espiritual.
La iglesia católica bendecida por el recurso del Ministerio Hispano quienes ambos formadores y formados están desarrollando un trabajo ejemplar a lo largo de la nación. Muchos de ellos no solamente son bilingües y poseedores de maestría y doctorado, son testigos fieles de fe y servicio. Tengo el privilegio de conocer a jóvenes con doctorado en teología y en ministerio, algunos de ellos hijos de humildes campesinos quienes fueron apoyados por sus padres, el sistema escolar y la iglesia católica. Estas personas quienes son una bendición para la iglesia y los hispanos ya están formados, solo falta la aceptación de nuestros obispos y sacerdotes.
Con tristeza y frustración oímos con frecuencia el comentario desacertado de muchos padres de familia e Iglesia misma, que la educación en este país es cara. Basados en esta idea erróneo, muchos jóvenes con potencial pleno desertar a temprana edad de proseguir educación superior por la aferrada idea que la educación es cara. Yo personalmente puede aseverar contundentemente, que la educación es extremadamente barata compara con la ignorancia que es extremadamente cara. La educación produce, la ignorancia consume. Los hispanos estamos aquí, con el deseo ferviente de producir, de servir a los demás siendo testigos fieles de nuestra fe, amor a nuestra cultura y respeto al país anfitrión. Este postulado cierto “educación barata, ignorancia cara debe ser nuestro postulado para que nuestra juventud se volqué entusiasmadamente a prepararse concienzudamente para servir a nuestro prójimo, los débiles, los enfermos y menos afortunados.
2014 © Dr. Gabriel Martinez. Todos Derechos Reservados.
Foto principal por Alex Guerrero, San Antonio por Thomas Quine, dinero por 401(K) 2012
