El Perdón independientemente del valor Cristiano expresado por Cristo y su Iglesia a través de las Sagradas Escrituras y Documentos Teológicos, tiene efectos terapéuticos en la psique humana. La connotación del perdón muy en especial durante la niñez es teológica, poco a poco se comprehende su efecto curativo y restaurador.
En el libro titulado en francés “Le Pardon” menciona que el perdón en la etapa de la niñez, se da en forma natural y simplista, sin cuestionamientos ni condiciones propias del adulto. En la etapa adulta, el perdón es más complejo lento y desgastador. Mientras que para algunos se da en la misma forma que lo hacen los niños, para otros adultos es difícil experimentando trastornos somáticos, problemas de desarrollo y funcionamiento global, solo por mencionar alguno de ellos. Una vez que la incapacidad de perdón adquiere características crónicas, pudiese desencadenar conductas nocivas y adiciones como paliativo para contrarrestar su dolor.
Este libro de referencia, narra la historia del famoso pianista Argentino Luis Estrella quien fue secuestrado y llevado a un país vecino, sufriendo todo tipo de mal trato y humillaciones. Después de un tiempo, una organización internacional de derechos humanos, lo liberó y llevó a Europa. Una vez liberado Luis Estrella al tratar de tocar el piano sus manos entorpecidas le impidieron hacerlo. ¿Cómo era posible que un virtuoso del piano no pudiese tocar? Era inaudita su inhabilidad cada vez que lo intentaba, parecería como si nunca lo hubiese hecho. Para su sorpresa en uno de varios intentos, pudo tocar como siempre lo había hecho antes. El pianista y el piano eran solo uno, se habían conciliado y unido una vez más después de un largo tiempo, Luis Estrella, había perdonado de corazón a sus secuestrados, como requisito indispensable para liberar sus manos de la opresión del rencor, su corazón y su alma se habían limpiado con las palabras de perdón salidas desde lo más profundo de su corazón.
El perdón tiene efectos liberadores tanto para el alma como para el cuerpo. El perdón sana y libera a la vez, permitiendo que la talla de la persona continúe creciendo en sabiduría y gracia usando todos y cada uno de los talentos recibidos por Dios, para cumplir con su misión. El perdón, es el bálsamo de la alegría y paz interior necesarios para vivir plenamente la vida como verdaderos hijos e hijas de Dios.
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