Fuimos creados por Dios con una capacidad pensante innata que nos distingue del resto de la creación. Esta capacidad presente artísticamente fue sobresaltada por el gran escultor francés Rodin, quien valoró este don necesario en nuestro funcionamiento global diario. Rodin, nos legó esta escultura admirada por muchos, como un recordatorio constante de la imperiosa necesidad de pensar.

Antes que Rodin, en la antigua Grecia surgió el ateneo del pensamiento con célebres pensadores como Sócrates, Aristóteles y muchos más quienes sentaron la base universal, la piedra angular de todo conocimiento. Categóricamente podemos afirmar que toda la ciencia actual le debe su éxito a este famoso ateneo griego surgido de la necesidad humana de pensar y cuestionar nuestra existencia en medio de este inmenso cosmos.

La filosofía olvidada por algunas continúa siendo estudiada y valorada en la formación sacerdotal, que entiende y valora en toda su extensión esta disciplina para en ella construir el conocimiento humano y divino. La psicología por su cuenta tambien tiene su base en el conocimiento de estos pensadores que nos precedieron y nos guían al conocimiento, al desarrollo humano y ultimadamente a la alegría, al amor y la paz interior.

pair-707506_640En la última década, he venido observando como esta capacidad pensante gravemente no es usada por algunos quienes olvidando este don, actúan, hablan y viven en forma reflexiva, como un reflejo incondicional en la misma forma que sin pensar parpadeamos. Esta conducta reflexiva conduce inevitablemente a responder, actuar y vivir, sin pensar, sin razonar antes de actuar y hablar. Esta incapacidad pensante es fomentada inteligentemente por la industria del consumismo quienes conocen el talón de Aquiles del consumidor para vender todo clase de productos y servicios aun nocivos e innecesarios. Algunas operaciones mercantiles se efectúan basadas en la incapacidad de pensar del consumidor. Lo mismo sucede en la relacion de esposos y familiar, causando graves problemas de relacion, separación y divorcio.

Finalmente la dualidad entre el bien y el mal, servicio y amor a Dios, inhabilita a la persona a diferenciar el uno del otro, para tomar decisiones conforme a los valores morales y la fe Católica, que continua valorando y apreciando esta don divino de pensar.

2015 © Dr. Gabriel Martinez.  Todos Derechos Reservados.
Foto principal por EclatDuSoleil.

 

Comments/Comentarios

comments