La Iglesia Rusa Ortodoxa fue silenciada con el asesinato del último de los Zares Nicolás Romonov, después de 300 años de Zarismo. Fue la Revolución Bolchevique de 1917 con la entrada de José Stalin quien cerró la Iglesia y amenazó con pena de muerte y trabajos forzados en Siberia a quienes ofreciesen culto a Dios. Después, la política anticlerical continuó con mayor severidad por otros líderes como Niquita Krushev, José Lenin, solo por mencionar algunos. Muchas Iglesias fueron destruidas y otras fueron cerradas usándolas primero como bodegas con armamento, enseguida como resguardo subterráneo anti-bélico del partido comunista construido bajo los cimientos de la Catedral de Moscú y a la caída del muro de Berlín en 1989 con la desaparición del Comunismo en Rusia, se abrieron como museo y otras para culto público religioso.
Es conocida la historia de la persecución religiosa en México, que duró tres años de 1926 a 1929 bajo el liderazgo anticlerical de Plutarco Elías Calles, de recalcitrante espíritu masónico. Simultáneamente esta ola anticlerical similar a la vivida en Rusia, no solo reforzó su fe, de la sangre inocentemente derramada brotaron muchos mártires al gritar confesando su fe parados en el paredón de fusilamiento ¡Viva Cristo Rey!
En Rusia el movimiento fue gestado fuera de Rusia por Karl Marx y Friedrich Engel, los dos de origen Alemán y en México por la masonería durante el mandato presidencial de Plutarco Elías Calles. Dos orígenes distintos y un propósito común, la persecución religiosa.
Por 72 años la Iglesia silenciosa parecía ante los ojos de los “Camaradas Rojos” que la Iglesia Rusa había muerto. Durante esos años de opresión humana y espiritual no se conoce culto público y procesiones como a las que estamos acostumbrados a participar los católicos que vivimos en libertad en los Estados Unidos. Al pueblo se le racionó los cupones de alimentos básicos canjeados después de largas filas de espera sufriendo las inclemencias del tiempo muy en especial durante el prolongado y crudo invierno. Al pueblo le quebrantaron los derechos humanos como la libertad incluso la opción para elegir una carrera profesional o trabajo. Era el partido comunista quien asignaba la profesión o trabajo a sus habitantes para beneficioso del partido y no de la persona.
Cuando mi esposa Marina y yo, visitamos Rusia por primera vez en el verano del 2006, tuvimos la oportunidad de participar en la Misa dominical en la Catedral de Nuestra Señora de Kazán en san Petersburg. Al salir del hotel caminando rumbo a la Catedral, anticipamos encontrar una Iglesia moribunda vacía y fría con pocos feligreses ancianos. Con alegre sorpresa, nos encontramos una Iglesia viva repleta de fieles incluyendo niños, jóvenes, adultos y ancianos participando de pie fervorosa y reverentemente en la Misa que duró aproximadamente dos horas y media, la Iglesia Ortodoxa Rusa no tiene bancas ni sillas para sentarse. La cabeza de las mujeres y niñas cubierta con un velo, el coro varonil, el humo y olor del incienso presente durante la celebración fue para nosotros ejemplo vivo de fe. En esos momentos dimos gracias a Dios en el silencio de nuestro corazón por lo bendecido que somos los católicos en América con la riqueza espiritual muy en especial la celebración de la Sagrada Eucaristía, ofrecida libremente en varios idiomas y diferentes horarios en toda la Diócesis de Fresno a donde pertenecemos, comparada con la “Iglesia del Silencio” del pueblo Ruso.
¡Señor, aumenta mi fe! Y gracias por la riqueza espiritual que nos regalas en cada una de las parroquias.
2013 © Dr. Gabriel Martinez. Todos Derechos Reservados.
Foto principal por George M. Groutas. 2da foto por Wonderlane.