La psicología menciona varias características necesarias para considerar a una persona madura. Una de ellas entre otras es “hablar con la verdad”, por lo que la mentira durante la niñez es parte de la inmadurez y no necesariamente de la etapa de la madurez o vida adulta. A fin que una persona madure debe educarse a la luz de la verdad. Este proceso indudablemente es largo y difícil debido a la constante supervisión de los adultos muy en especial de los padres y personas cercanas a los niños. Esta supervisión debe ser clara, estructurada y muy en especial modelada por los padres. Inconsistencia y signos contradictorios lejos de ayudar a los niños pueden entorpecer y perjudicar su desarrollo. Es precisamente en esta etapa donde los niños se forman o deforman, este es el punto central de su triunfo o fracaso en su vida, estos son los cimientos en los cuales los niños van s construir su propio destino. El sentido común incluso la Sagrada Escritura nos habla clara y contundentemente de la importancia de estos cimientos entre construir sobre arena o sobre roca (Mateo 7, 21-27). Como observamos, tanto la psicología, La Sagrada Escritura y el sentido común concuerdan sobre la importancia en solo uno de los aspectos del desarrollo humano, moral y espiritual del hombre y de la mujer.

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Si un niño o niña actúa inmaduramente se pudiese disculpar su conducta debido a su inmadurez. Lo grave es la conducta inmadura en una persona adulta que se comporta como si fuese un niño, pese a su edad cronológica de 20 o más años de edad. A esto se le llama llanamente inmadurez. Con sorpresa vemos a niños que se comportan como adultos y adultos que se comportan como niños. Curiosamente algunas mujeres casadas cuando les pregunto ¿cuántos hijos tienen? ellas me responden sin titubear tres incluyendo a mi esposo.

Para continuar con el tema tal vez pudiese ser de ayuda preguntarnos si somos maduros o inmaduros y como somos percibidos en el ambiente familiar, trabajo, escuela, parroquia y sociedad. A la persona inmadura se le denomina, mentiroso, irresponsable, deshonesto, etc. y a la persona madura se le llama, honesta, justa, responsable, digna, etc. El mentiroso se convierte esclavo de sus propias mentiras, mientras que el justo es libre para crecer y dar frutos en abundancias para beneficio propio y de los demás.

Continúa…

2013 © Gabriel Martinez.  Todos Derechos Reservados

Foto principal por  Fey Ilyas, foto de niño por Chirag Rathod.

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