El sábado pasado celebramos la Vigilia de Pascua, una misa hermosa en la que las lecturas nos cuentan toda la historia de la salvación. En esta Vigilia hay tres lecturas de la que siempre me han llamado la atención: Génesis 1:1-2:2, Ezequiel, 36:16-17a,18a, 28, y Romanos 6:3-11 . Me gustaría reflexionar sobre estas lecturas en busca de orientación sobre la forma en que la resurrección de Jesús nos puede ayudar a mejorar nuestra relación con la creación de Dios, especialmente porque, como todos sabemos, hoy Martes 22 de abril es el Día de la Tierra.
Génesis 1:1-2:2 nos habla del primer relato de la creación. Dios crea todo día a día con un ritmo perfecto, siendo muy cuidadoso y poniendo todas las piezas de este hermoso jardín en orden. Ezequiel 36:16 – 17a, 18-28 , entre otras cosas, nos hablan de cómo Dios va a rociar agua para limpiarnos de todas nuestras impurezas, nos dará un corazón nuevo y un espíritu nuevo para volver a ser el pueblo de Dios.
Reflexionando en estas lecturas con la mirada puesta en la Pascua y para celebrar el Día de la Tierra tenemos que reconocer que hoy nos hemos olvidado del Creador, no percibimos más el ritmo de la creación y estamos destruyendo su orden en el que fue creada, como dice el Papa Francisco en su mensaje en el Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de Junio del 2013.
Estamos perdiendo la actitud del estupor, de la contemplación, de la escucha de la creación porque pensamos y vivimos de manera horizontal, nos hemos alejado de Dios, ya no leemos sus signos.
También debemos reconocer que nos hemos llenado el corazón y el espíritu que nos dio Dios con la avaricia y la arrogancia al pensar que podemos dominar, poseer y manipular la creación de Dios a nuestra conveniencia ignorando las generaciones futuras. Como el Papa Francisco señaló en su Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz en el 2014,
En cambio, a menudo nos dejamos llevar por la codicia, por la soberbia del dominar, del tener, del manipular, del explotar; no custodiamos la naturaleza, no la respetamos, no la consideramos un don gratuito que tenemos que cuidar y poner al servicio de los hermanos, también de las generaciones futuras.
Es gracias a la resurrección de Jesús que podemos reconocer nuestras acciones en contra de la tierra. Es gracias a la resurrección de Jesús que podemos tener una vida nueva como se lee en la carta de St. Pablo a los Romanos en la Vigilia de Pascua :
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucita de la muerte por la acción gloriosa del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva (Romanos 6:4).
San Pablo nos ayuda a entender el don que celebramos en la Pascua: la resurrección de Jesús que nos ha traído una vida nueva. Vamos a expresar esta vida nueva renovando nuestro compromiso con la Tierra, y como el Evangelio que leemos en la Vigilia de la Pascua dice ” no tengamos miedo ” a dar testimonio de la resurrección Jesús a través de la celebración del Día de la Tierra mediante el restablecimiento de la orden de la creación, la comprensión de su propio ritmo, recuperando la actitud de asombro y contemplación hacia ella, y evitando la arrogancia y la codicia para ver la Tierra como un regalo no sólo para nosotros sino para todos, incluidas las generaciones futuras.
Comienza hoy a testimoniar la resurrección de Jesus visitando:
2014 © Nelson Araque. Todo Derechos Reservados.
Foto de la resureccion por deviantart.