La presencia hispana en este país, es real desde tiempos de la colonia Española. Su presencia esta manifiesta a lo largo de toda la costa californiana con las misiones fundadas por los frailes franciscanos encabezado por Fray Junípero Serra y proliferada con nombres hispanos santos. El verdadero nombre de la ciudad de Los Ángeles es: Nuestra Señora Reina de los Ángeles, sin olvidar que sus primeros residentes fueron hispanos.
El desarrollo urbano, político, económico y religioso californiano es fundamentalmente hispano y católico. Sus misiones fueron la base sólida para su crecimiento demográfico y espiritual donde muchos viajeros encontraron el descanso a sus cuerpos y tambien a sus almas con la asistencia de los frailes. El milagro californiano es hispano, católico y franciscano. Estos tres elementos sucedidos simultáneamente son la esencia de su existencia. Cada lugar y rincón del estado llamado tambien Estado Dorado, está bendecido por la adjudicación de su santo patrón, san Diego, san Francisco, santa Bárbara, Sacramento, etc.
La presencia hispana manifiesta a los ojos de propios y extraños es real. El nombre de cada lugar es un constante recordatorio, afirmando esta bella realidad y riqueza espiritual. Todo viajero desde el sur fronterizo con Mexico hasta el norte colindando con Oregón, afirma lo hecho por los primeros hispanos que fundaron este gran estado y configuraron la nación Norte Americana.
La presencia hispana continúa vibrante a través de toda su historia con su trabajo constante, su fe increblantable y patriotismo patente. Hoy parroquias católicas preponderantemente alemanas cien años atrás son hispanas, Su crecimiento demográfico acelerado duplicándose cada veinte cinco años, formarán la iglesia católica de los Estados Unidos en un futuro cercano, continuando con la misma pasión y fe para el engrandecimiento de este país y para mayor gloria a Dios.
Si la presencia hispana es real es este país y la iglesia católica, tristemente el ministerio hispano es olvidado, ignorado e incapaz de corresponder a su ejemplar presencia. Hoy la juventud hispana, más palpable que antes, con ricos dones académicos, lingüísticos y espirituales requiere de una atención formal y bien estructurada por parte de la Iglesia. Mientras tanto, unamos incansablemente nuestras voces para que lleguen hasta el Vaticano, para que la presencia hispana sea servida con dignidad de Hijos de Dios. Nuestro papa Francisco nos pidió que “hagamos ruido” mucho ruido hasta que nuestras voces sean escuchadas.
2014 © Dr. Gabriel Martinez. Todos Derechos Reservados.
Foto Principal por Cliff. Foto de misión por HarshLight.