La semana pasada abarque el tema de los efectos de la burocracia y de exigir a las jóvenes latinas que se inscriban en los programas de catequesis. Muchos de ustedes compartieron su experiencia, frustraciones, y preguntaron acerca de lo que debe incluirse en un programa de formación de la Quinceañera. En esta segunda parte, escribiré un poco sobre la formación y el costo de los programas de formación.
La formación de las jóvenes latinas
La semana pasada mencioné la importancia de incluir el desarrollo de liderazgo, así como centrarse en la promoción de la educación durante la formación de la quinceañera. Al dialogar con algunos de mis colegas en el ministerio hispano, encontré un programa que realmente me encanto. La Diócesis de Stockton ofrece retiros para quinceañeras a nivel diocesano. Aunque no existe una póliza diocesana en cuanto a qué tipo de formación se debe ofrecer, José López, Director del Ministerio Campesino y de la Pastoral Juvenil señaló que la mayoría de sus parroquias tienen este requisito para todas las quinceañeras. Ellos ofrecen el retiro cuatro veces al año y consiste en una reunión el viernes por la noche con duración de 2 ½ horas y se le invita a los padres y la quinceañera. Durante esta sesión, aprenden acerca de la tradición de la quinceañera, la liturgia, la música, y se informan acerca los gastos de la iglesia y como se usan las donaciones. El sábado, las chicas regresan para un retiro de siete horas. El programa abarca la autoestima, los sacramentos, con un enfoque en la Eucaristía, las mujeres de la Biblia, la educación, y la persona humana. Jóvenes adultos, que están más cerca de su edad y que tienen una carrera o asisten a la universidad, ofrecen el retiro con el propósito de modelar y promover la educación. El retiro es gratis, y se cobra $20 por el libro y también incluye el almuerzo. Los padres son informados que el retiro está gratis y que es una manera que la Iglesia los acompaña durante este momento tan especial. Ellos ven esto como una oportunidad para invitar y dar la bienvenida a familias que no puedan participar en la vida parroquial, y para animarles a inscribirse en la formación o programas parroquiales. El costo de la celebración de la misa es determinado por parroquia.
En la Diócesis de San José, Lupita Vital, Directora del Ministerio Hispano, indicó que la diócesis ofrece un cuaderno como recurso para las parroquias. Es una preparación catequética bilingüe que se centra en la Eucaristía, que se puede ofrecer en seis sesiones o menos. Piden que las jóvenes hayan recibido su primera comunión con el fin de celebrar la misa de bendición. Algunos pastores hacen excepciones y ofrecen una bendición fuera de la Misa, si no han recibido su primera comunión. Recomiendan que se inscriban en un programa de confirmación, pero no es necesario, ya que la celebración no es un sacramento. También recomiendan que jóvenes adultos ofrezcan el programa.
Como pueden ver, hay muy buenos ejemplos de cómo las diócesis están ofreciendo programas sin requisitos de confirmación o catequesis. Ellos se enfocan en dar la bienvenida. Ahora voy a hablar sobre una de mis mayores preocupaciones, el dinero. A nadie le gusta hablar de dinero, pero se tiene que decir….
La Quinceañera como una fuente de ingresos
A veces estoy tan sorprendida por la cantidad de dinero que se pide por esta bendición. En un año, mi esposo y yo tenemos el honor de ser padrinos para mi sobrina en su Quinceañera. La parroquia está cobrando $500 por la formación y para celebrar la Misa. Eso parece bastante dinero para mí, pero prepárense. Recientemente oí hablar de una parroquia que pide $ 1,800! Sí, $1,800! Yo estaba furiosa. En el cálculo de gastos de la parroquia, la mayoría de los gastos se dirigen hacia el mantenimiento de los edificios y el programa de formación. Algunos pueden incluir el coro. Eso probablemente costaría un par de cientos de dólares, esperemos que estén recibiendo una formación increíble por esa cantidad de dinero. Ahora, si nosotros como parroquias, también requerimos que paguen por adelantado por dos años de programas de formación catequética, va ser muy difícil para las familias poder pagar por la donación.
Algunos párrocos utilizan las donaciones para las quinceañeras y bodas, para compensar la falta de limosnas que recibe la parroquia los domingos. Estas parroquias tienden a ser parroquias de bajos recurso y en lugar de educar a sus feligreses sobre los gastos y nuestra responsabilidad, aumentan los precios para cubrir sus gastos de la parroquia. Los párrocos se quejan que nunca podrán pagar los gastos de la parroquia si no cobran tanto dinero.E incluso, algunos párrocos aumentan los precios para desanimar a las jóvenes de de tener la bendición/Misa, mientras que otros se sienten justificados por que que si están gastando tanto dinero en la fiesta, pueden darse el lujo de pagar. En mi experiencia, he encontrado que las personas más humildes son más propensas a dar, así que no creo en este tipo de pensamiento. Si las familias sienten que pertenecen a su parroquia y que están siendo atendidos y acompañados, van a donar. Sé que algunos de ustedes están pensando que se gasta tanto dinero en el vestido, la recepción, la limosina, comida, etc. No voy a negar que algunos de estos gastos son extraordinarios (a veces me quedo asombrada por la cantidad de dinero que se gasta), pero por favor recuerden que muchas quinceañeras cuentan con sus padrinos que generosamente les ayudan con los costos. Las familias también pagan los gastos durante un año o más de adelantado a través de pagos mensuales. ¿De acaso nosotros como agentes pastorales, ofrecemos las mismas opciones o requerimos que paguen por adelantado? También hay que ver el programa de formación de la quinceañera como una oportunidad para enseñar acerca de como vivir una vida sencilla y ayudar al prójimo. Entonces nuestras jovencitas pueden ser consciente de las necesidades de nuestra comunidad parroquial. Además de la formación en la fe, debemos incorporar nuestra enseñanza social de la Iglesia e invitar a las jóvenes a apoyar el trabajo que Catholic Relief Services y Caridades Católicas se dedican a, y apoyar el trabajo misionero de la Iglesia.
Al cerrar esta serie de dos partes, mi esperanza es que a medida que la presencia católica latina en los EE.UU. sigue creciendo, vamos a ser más sensibles a la realidad de las familias a las que servimos. También sueño que nos evaluaremos a nosotros mismos y crearemos programas más dinámicos e interesantes que dan la bienvenida e invitan en lugar de los que obligan o imponen. Veamos el ejemplo de nuestro Papa Francisco, que proclamó,
“La Iglesia no es una organización burocrática, sino una historia de amor.”
La quinceañera es una oportunidad para expresar el amor de Dios a nuestras jóvenes latinas, muchas quienes añoran por esta relación.