Reseñas Pastorales: La Acción Pastoral en Pro de los Jóvenes

La parroquia como comunidad evangelizadora 

En el libro de los Hechos de los Apóstoles “vemos el modelo de lo que debe ser la Iglesia hoy en día …¡La primera parroquia! Ante todo, una Comunidad Evangelizadora y Evangelizadora…unida, centrada en Jesús como Señor, llena del Espíritu Santo…que salía a dar testimonio de Jesús tal como el Señor les había encomendado.”[1]  Las primeras comunidades compartían una misión o propósito en común.  Todos los miembros se sentían atados y responsables de esta labor.  Estos son los principios básicos de toda acción pastoral dentro de la vida parroquial- El tener un objetivo claro y poner fundamentos precisos para poder llevar acabo la acción pastoral.  En el documento Renovemos la Visión, los Obispos Estadounidenses nos piden que la acción pastoral dentro del ministerio de jóvenes debe ser relacional, centrada en metas, gradual a la vez que centralizada en la persona y sus necesidades.[2]  Tomando estas dos líneas de acción, podemos ver entonces un programa de Evangelización o Reevangelización que alcanza a los jóvenes de la parroquia, pero principalmente que toma en cuenta al joven como principio y meta. Esta visión representa una acción pastoral basada en la realidad de los jóvenes que trata de contestar a algunas sus necesidades.

La Federación Católica Nacional Para el Ministerio Juvenil (NFCYM)[3], nos informan en sus documentos de entrenamiento que la acción pastoral para los jóvenes debe partir desde la realidad (contexto) de los que vamos a servir, con una visión clara y con un liderazgo definido.  Pareciera que después de 20 siglos, muchas parroquias todavía han olvidado los comienzos de la Reevangelización y no han querido tomar en cuenta a los designatarios de sus programas.  En muchas parroquias en los estados Unidos, se escucha la afirmación que el Ministerio de Jóvenes debe ser solamente en inglés y no en español, que debe ser un grupo de jóvenes solamente y no una acción organizada.

Según un estudio que realizo el Centro de Investigación Hispana Pew titulado, Canje de Fe: Latinos y la Transformación de la Religión en America (Changing Faiths: Latinos and the Transformation of American Religion), concluyeron que

“la práctica de la religión no sólo es a menudo renovadora en carácter, pero para la mayoría de los latinos en todas las grandes tradiciones religiosas es también distintivo étnico. Dos tercios de los fieles latinos asisten a las iglesias con clero latino, y con servicios en español en comunidades culturalmente latinas.   Mientras que los asistentes más predominantes son los nacidos en el extranjero y de habla español, el culto con características hispanas es también frecuente entre los latinos nacidos en el país y de habla Inglés. Esto sugiere fuertemente que este fenómeno no es simplemente un producto de la inmigración o la lengua, sino que se trata de una forma más amplia y duradera de la identificación étnica.”[4]

Entonces podemos concluir que la acción Evangelizadora que acompaña a los jóvenes, debe ser una acción organizada, con un objetivo claro y transcendente de nuestras ideas religiosas.  El apoyar al joven en su búsqueda de Dios, es a la vez ayudar al joven a conocerse étnicamente.  No quiere decir que vamos a predicar una cultura, sino que vamos a dejar que el joven exprese su cultura dentro de su mismo idioma y devociones populares culturales.   Los designatarios son los que le dan vida al ministerio, dentro de su realidad y con sus preocupaciones y aspiraciones.  Al responder a las necesidades pastorales de los distintos grupos de nuestra parroquia, y caminar con los jóvenes que tenemos al lado, formamos una comunidad evangelizadora y unida que busca el bienestar de todos los jóvenes de nuestra parroquias.

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